domingo, 28 de agosto de 2011

SOCIOLOGÍA UNIDAD 7


1.                          caracterice la situación actual de la población, tenga en cuenta: salud - envejecimiento – enfermedad y crecimiento.
2.                          efectué una comparación entre el tratamiento de la enfermedad del pasado y la modernidad. De ejemplos.
3.                          refiérase a la situación de la salud en el tercer mundo, tomando en como referencia el pasado y el presente.
4.                          describa brevemente vejez y efectos de la misma.
5.                          desde su perspectiva cual es la realidad de la salud en argentina y en Catamarca. ¿Como inciden los factores sociales en ellos?

1. La República Argentina tiene una población estimada para 2009 de 40,1 millones de habitantes. Es un país con baja densidad de población (14 hab/km²), muy concentrada en el Aglomerado Gran Buenos Aires (33%), mayoritariamente urbana (89%) y con una gran proporción de personas mayores de 60 años (14,1%). Tiene altas tasas de esperanza de vida (75,2 años) y alfabetización (97,4%).
Demografía de Argentina

Población (al 30 de junio de 2009)[7]
40.134.425 hab.
Varones[7]
19.657.086 hab.
Mujeres[7]
20.477.339 hab.
18,8‰
7,6‰
11,2‰
12,5‰
2,25 hijos por mujer
Esperanza de Vida (2005-2010 est.)[9]
75,24 años (71,56 hombres - 79,06 mujeres)
Fuentes
INDEC y Ministerio de Salud de la R.A.

 Registra índices socios laborales diversificados que se acoplan a la posición y distribución territorial. La tasa de mortalidad infantil es del 12,5‰ (2008). La desocupación es del 8,8% (segundo trimestre 2009), las tasas de pobreza y de indigencia según el INDEC llegan al 13,9% y al 4% La actual población argentina es resultado de la descendencia directa de inmigrantes y respectivamente (primer semestre 2009), del mestizaje de estos con una base indígena, originaria del territorio antes de la conquista española. La Argentina es considerada como "país de inmigración" debido a las masivas corrientes migratorias que recibió a lo largo del tiempo, principalmente desde el continente europeo, destacando primordialmente a italianos, españoles, alemanes y polacos. En la actualidad, recibe gran cantidad de inmigrantes asiáticos (Corea del Norte, Corea del Sur y China) y latinoamericanos, en especial provenientes de Paraguay, Bolivia y Perú.
 Dinámica demográfica.
El ritmo de crecimiento poblacional sigue una pendiente descendente en las últimas décadas; así, en el período 1980-1991, la tasa de crecimiento anual medio fue del 14,7‰ (1,47%) y en el decenio 1991-2001, del 12,5‰ (1,25%).[10]
De acuerdo a los últimos datos del Ministerio de Salud de la Nación, en 2008 se registraron 746.460 nacimientos observándose una tasa bruta de natalidad del 18,8‰. A su vez, las defunciones alcanzaron a 302.133, con una tasa bruta de mortalidad del 7,6‰. El crecimiento natural fue del 11,2‰ (1,12%).
La tasa de mortalidad infantil viene registrando una progresiva mejoría: 63,1‰ en 1970; 33,2‰ en 1980; 25,6‰ en 1990; 16,6‰ en 2000 y 12,5‰ en 2008. Las variables demográficas no son homogéneas entre las distintas jurisdicciones del país. Es así como la ciudad de Buenos Aires, urbe principal del aglomerado urbano más envejecido del país, presenta una conformación demográfica similar a la de los países europeos distinguiéndose del resto del país: la tasa anual media de crecimiento poblacional entre 1991 y 2001 fue de apenas el 1‰ (0,1%); en 2001, la tasa de natalidad apenas alcanzó el 13,9‰ y la tasa de mortalidad el 11,1‰ con un crecimiento vegetativo de apenas el 2,8‰. La población de 14 años o menos representó el 17,5%, valor similar al de la población de 65 años o más de 17,3%. La tasa global de fecundidad fue de 1,8 hijos por mujer, (por debajo del nivel de reemplazo), siendo la única jurisdicción del país que ostentó este fenómeno ese año.
Proyección y estimación de la población argentina 1950-2015.
Luego están las provincias -entre ellas las más pobladas- como las de Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Mendoza, Santa Fe y La Pampa que en general presentan variables demográficas concordantes con la de la media nacional. En otro orden, se encuentran las provincias de Catamarca, Chaco, Chubut, Corrientes, Formosa, Jujuy, La Rioja, Misiones, Neuquén, Río Negro, Salta, San Juan, San Luis, Santa Cruz, Santiago del Estero y Tucumán que a nivel general y con variaciones entre las mismas, presentan valores por sobre la media nacional: tasas de natalidad que bordean o sobrepasan el 20‰ y bajas de tasas de mortalidad. En 2001, en ellas, la población de 14 años o menos superó el 30% y la de 65 años o más, osciló entre el 5,2% y el 7,9%. En varias de estas provincias la cantidad de hijos por mujer supera el valor de 3, como en la provincia de Misiones (3,7), la más alta del país. La tasa anual media de crecimiento entre 1991 y 2001 de las provincias de Catamarca, La Rioja, Salta, San Luis y Santa Cruz superaron ampliamente el 20‰ (2%), por encima de la media nacional de 12,5‰ (1,25%). Otro caso particular, como el de la ciudad de Buenos Aires, es el de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, donde la tasa anual media de crecimiento entre 1991 y 2001 fue del 36,6‰ (3,66%) -la más alta del país- que se explica por el aporte migratorio que ha recibido esta provincia.
Fecundidad.
De acuerdo a los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Salud (746.460 nacimientos) junto a las proyecciones de población de mujeres por edades del INDEC, la tasa global de fecundidad en 2008 se ubica en torno a los 2,4 hijos por mujer, valor por encima del límite del reemplazo generacional (2,1 hijos por mujer). Aunque con oscilaciones, el índice se mantenido estable desde 2001 donde se registró una tasa de 2,45 hijos por mujer. Las estimaciones del INDEC de la T.G.F. era de 3,15 hijos por mujer en el quinquenio 1980-1985, de 2,9 entre 1990-1995, de 2,35 entre 2000-2005 y 2,25 entre 2005-2010. Históricamente la Argentina tuvo tasas menores de fecundidad comparada con otros países de América Latina.
Evolución histórica de la población total.
De acuerdo a las proyecciones que realizó el INDEC en base a los datos del censo 2001, se estimó para el quinquenio 2005-2010 una tasa bruta de natalidad del 17,5‰, una tasa bruta de mortalidad del 7,8‰, un crecimiento natural de la población del 9,7‰ y una migración neta nula, resultando un crecimiento total de la población del 9,7‰ (0,97%).[9] Se estimó una población de 40,5 millones de habitantes para 2010.
2. tratamiento de la enfermedad en el pasado y en la modernidad
           
            Todas las culturas tiene conceptos de salud física y enfermedad, pero la mayor parte de lo que nosotros entendemos hot en día por Medicina proviene del desarrollo de la sociedad occidental a lo largo de los últimos 3 siglos.  Hasta entonces, la unidad familiar era la institución principal encargada de la enfermedad o el sufrimiento. Siempre hubo individuos que se especializaban como “curanderos”, que usaban una mezcla de remedios físicos y mágicos, y muchos sistemas tradicionales de tratamiento medico sobreviven hoy en día en las culturas no – occidentales de todo el mundo. La medicina ayurveda (la curación tradicional) se ha practicado en la india por ejemplo. Durante cerca de 2000 años. Se funda en una teoría del equilibrio psicológico y físicos de la personalidad, tratándose los desequilibrios con medios nutritivos y remedios herbarios. La medicina popular china se basa de forma similar en los conceptos de la armonía total de la personalidad, incluyendo el uso de hierbas y otros remedios junto con la acupuntura.
Es común en las culturas tradicionales considerar la enfermedad como un aspecto del bienestar global psíquico y social del individuo, y concepciones similares sobrevivieron en Europa hasta el siglo XVIII. La mayoría de las escuelas de medicina europeas tienen sus orígenes en el sistema de tratamiento griego, que intento explicar la enfermedad en términos de la disposición general mental y física del individuo. Los médicos no pertenecían a una “profesión” definida, pero la aristocracia les empleaba normalmente como curanderos. Los hospitales, en un sentido moderno, no surgieron en gran número hasta principios del siglo XIX. Hasta ese momento, y en algunas regiones incluso hasta más tarde, el tratamiento de la enfermedad dependía, casi por completo, de una mezcla de remedios populares, oraciones y magia.





El desarrollo de la medina moderna

La medicina moderna introdujo una concepción de la enfermedad que considera sus orígenes de carácter físico, y explicables en términos científicos. La aplicación de la ciencia al diagnostico y la cura medica es una característica principal de los sistemas sanitarios modernos. Otras características son la aceptación de los hospitales como el marco en que se hace frente o se curan las enfermedades mas graves, y el desarrollo de la profesión medica como un cuerpo como un código ético reconocido y un poder social importante. Estros tres aspectos de la medina se desarrollaron conjuntamente. La concepción científica de la enfermedad estaba relacionada con la necesidad de una formación medica sistematiza, excluyéndose a largo plazo a los curanderos autodidactas. A pesar de las prácticas profesional médica no se limita a los hospitales, estos proporcionan un medio en el que por primera vez los doctores pueden tratar y estudiar un gran número de pacientes, en una circunstancia que posibilitan la concentración de tecnología medica.
En la época medieval, las enfermedades más importantes eran fundamentalmente infecciosas, como la tuberculosis, el cólera, la malaria y la peste.
Las enfermedades infecciosa han pasado a ser en la actualidad causa de muerte relativamente poco importante en los países industrializados, y algunas han sido también sustancialmente erradicadas en otras partes del mundo. En los países industrializados hoy en día, las causas más comunes de muerte son enfermedades no infecciosas, como el cáncer o las enfermedades del corazón.
A pesar del prestigio que ha adquirido la medicina moderna, las mejoras en la asistencia médica solo son responsables de una parte relativamente pequeña del descenso de las tasas de mortalidad antes de este siglo. Un saneamiento efectivo, una mejor nutrición, el control de las aguas residuales y las mejoras de la higiene, han sido en términos generales los factores dominantes. Sus efectos se sintieron particularmente en la reducción de las tasas de mortalidad infantil y adolescentes. Los medicamentos, los avances de la cirugía y antibiótico no influyeron en las tasas de mortalidad de una forma significativa. Los antibióticos usados para tratar las infecciones bacteriológicas estuvieron por primera vez disponibles en los años 30’ y 40’ mientras que la inmunización se desarrollo aun más tarde.

3. situación de la salud en el tercer mundo.

La expansión de occidente en la época colonial llevo determinadas enfermedades a partes del mundo donde no habían existido previamente. El sarampión, las paperas y el tifus eran desconocidas para las poblaciones indígenas de América central y del sur antes de la conquista españolas, y los colonos ingleses y franceses llevaron las mismas enfermedades a Norteamérica. Algunas de estas enfermedades produjeron epidemias que asolaron poblaciones locales con poca o ninguna resistencia contra ellas. Hay clara evidencia de que las comunidades cazadoras y recolectoras de América no habían estado expuesta a enfermedades infecciosa como lo habían estado las sociedades europeas  de este periodo.  Muchos agentes infecciosos solo se desarrollan  cuando las poblaciones humanas viven por encima de la densidad características de la vida de los pobladores y cazadores. Las comunidades permanentemente asentadas corren el riesgo de la contaminación de los suministros de agua por productos de desechos, riesgo que los cazadores  y recolectores, al desplazarse por el territorio evitan
La consecuencia más significativa del sistema colonial fue su efecto sobre la nutrición, y por lo tanto sobre niveles de resistencia a las enfermedades, como resultado de nuevas condiciones económicas que implican la producción para niveles mundiales. Así como también  cambiaron la dieta de occidente influyendo en lo que se refieren a salud ha introducido variedad de alimentos nuevos como los plátanos, la piña o el pomelo. He importado tabaco, café y azúcar que han tenido consecuencias dañinas para la salud.
En el tercer mundo las enfermedades infecciosas siguen estando mucho mas extendidas que en el occidente. Los recursos médicos básicos todavía falta. Los hospitales, cuando existen, Junto con doctores cualificados, tienden a concentrarse en las áreas urbanas, y sus servicios están monopolizados en gran parte por una minoría acaudalada. La mayoría de los países del tercer mundo han introducido algún tipo de sistema sanitario publico, organizado por el gobierno centra, pero los servicios médicos en general son limitados. El reducido sector de acaudalados utiliza los servicios de la medicina privada, viajando muchas veces a occidente cuando se necesita un tratamiento medico sofisticado. Las condiciones de muchas ciudades hacen muy difícil el control de enfermedades infecciosas
Los estudios realizados por la ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SALUD  sugieren que más de dos terceras partes de las personas que viven en áreas urbanas, en los países del tercer mundo, extraen agua  de fuentes que no cumplen con los requisitos  sanitarios mínimos. Se ha calculado que cada 25 enfermedades relacionadas con el agua 17 podrían reducirse a la mitad o erradicarse.

4. vejez.
Medida puramente en años, la vejez, al igual que la infancia, es una construcción moderna. El hacerse viejo solía estar asociado con cambios en la apariencia y en las habilidades físicas, más que con una edad cronológica. La vejez hoy en día tiene una definición legal, en el sentido en que se hace referencia a la edad en la que la mayoría de las personas se retiran del trabajo y se pueden reclamar determinados tipos de beneficios sociales, como las pensiones.

Jubilación.
Las edades establecidas para la jubilación  y para la obtención de las prestaciones sociales varían de hecho ampliamente entre los países  y dentro de estos. Tan solo hace medio siglo era usual en gran bretaña considerar que la jubilación del trabajo dependía de una salud enfermiza o de la perdida de habilidades físicas. A finales de los años 20’ más de la mitad de todos los hombres de más de 65 años tenían trabajos remunerados. Esta situación, aunque parezca mentira, persiste tan solo en ciertas esferas de responsabilidad social: figuras destacadas de la política, del derecho, de las artes y de otros pocos campos continúan a menudo hasta edades avanzadas.
La jubilación crea problemas sociales, económicos y psicológicos para los individuos y, bastante a menudo, para sus familias: señala una transición importante, incluso para aquellos capaces de ver en el tiempo libre redescubierto una oportunidad. La jubilación implica virtualmente siempre la perdida de renta. Pues existen grandes diferencias en cuanto a lamenta de los mayores de 65 años, puesto que ahí se incluye ahora un segmento muy grande de la población. Pero muchas personas ancianas viven en condición de pobreza, puesto que la pensión de la vejez que proporciona el estado permite pocos lujos. Las mujeres que viven solas son por termino medios la mas pobres.
Las consecuencias sociales y psicológicas de la jubilación varían según la experiencia aboral y el nivel de vida previo. En una sociedad cuyo engranaje central es el valor del trabajo, la jubilación significa frecuentemente una perdida de status , y la ausencia de rutinas que pueden haber estructurado la vida de un individuo a lo largo de hasta medio siglo, produce un vacío difícil de llenar. Debido al ritmo del cambio tecnológico y en otros aspectos, los conocimientos y habilidades adquiridas a lo largo de una vidaza no imponen respecto a los jóvenes, tal y como sucedía en la mayoría de las culturas tradicionales.
La gente mayor se esta jubilando de los trabajos a dedicación plana a edades mas tempranas que antes. En parte estos cambios reflejan la decisión de abandonar el trabajo remunerado a una edad más temprana a fin de disfrutar de otras metas. Sin embargo las empresas utilizan la jubilación anticipada como medio para reducir sus efectivos laborales; también economizan en las mayores pensiones que se han de abonar a una persona si se retira a edad más tardía.
La vejes es a menudo una perdida en términos de relaciones. La jubilación significa, no solo la perdida de un empleo en si mismo, si no también del contacto con otros en el trabajo. Los hijos se han marchado normalmente a sus propias casas, y las  relaciones con parientes y con amigos se han perdido, a causa de la muerte o la distancia, ya que las personas mayores viajan con menor frecuencia que los jóvenes. El miedo a la violencia tiene una influencia muy importante en los ancianos, que pueden restringir sus actividades, especialmente en las áreas urbanas.
La situación social de las mujeres ancianas es, a menudo, más problemática que la de los hombres. Es estadísticamente más fácil para un hombre, viudo o divorciado, que para una mujer, encontrar una nueva compañera habitual o una esposa, debido a que las mujeres viven más y hay más mujeres mayores. Además esta todavía socialmente aceptado que los hombres salgan o se casen con mujeres mucho mas jóvenes, que a la inversa-
Efectos físicos del envejecimiento
La vejes no puede identificarse con la salud precaria o la incapacidad, a pesar de que las edades avanzadas tienen a incrementar los problemas de salud. Tan solo durante los 20 años más o menos los biólogos han hecho un intento sistemático de distinguir los efectos físicos del envejecimiento de los asociados con la enfermedad. Precisamente es objeto de debate hasta que punto se “desgasta” inevitablemente el cuerpo al avanzar la edad. Las perdidas sociales y económicas son también difíciles de aislar de los efectos del deterioro físico como tal. La perdida de parientes y amigos, la separación de los hijos, cuando se han trasladado a otro sitio, y la perdida del empleo, pueden tener sus efectos físicos. Si bien hay muchas personas de mas de 65 años que dicen estar en perfecto estado de salud, en un estudio americano una proporción alta de las personas de ese grupo señalo como sus problemas mas serios “salud pobre” e “insuficientes cuidados médicos” 




5.     situación de salud en argentina
Hay una serie de razones por las cuales el sector salud es ineficiente. En primer término, la salud no es sólo el resultado de cuánto se gasta, sino cómo se invierte. Segundo, un sistema de salud fragmentado hace muy difícil aplicar estándares de atención que garanticen la calidad. Tercero, la falta de consenso entre los diferentes actores imposibilita una intervención coordinada y dirigida hacia objetivos específicos. Cuarto, la existencia de profundas desigualdades en el sistema de salud de las diferentes provincias origina que el desempeño general como país se vea afectado. Finalmente, a menudo se ignora que la calidad en atención de la salud es una inversión económica y social.

Una de las principales razones de ineficiencia es la profunda diferencia de resultados sanitarios entre las distintas regiones del país. Para este trabajo elegimos comparar la Capital Federal con las provincias de Jujuy, Salta, Formosa y Chaco. Vemos también cómo estas desigualdades pueden convertirse en una ventana de oportunidad para el Norte argentino.
Las desigualdades sanitarias no pueden comprenderse sin analizar el contexto social. Por lo tanto no es suficiente comparar indicadores sanitarios y demográficos. En general las diferencias sanitarias y demográficas se correlacionan fuertemente con los patrones generales de desigualdad socioeconómica. Las diferencias demográficas y sanitarias son un reflejo de las injustas diferencias sociales y económicas entre las regiones.
Una de  las bases para garantizar una vida al menos digna, es la instauración de un sistema de salud pública competente, idóneo y eficaz. El análisis de la situación argentina marca una escena de hospitales públicos colapsados, falta de insumos y superpoblación hospitalaria; frente a sanatorios privados que brindan comodidades de hotel cinco estrellas.
Difícilmente se pueda lograr garantizar igualdad de oportunidades En la actualidad, un argentino con buenos ingresos económicos, capaz de pagar costosos medicamentos y sanatorios privados, tiene muchas más posibilidades de gozar de buena salud que aquellos argentinos que deben recurrir al sistema publico.

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